"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

sábado, 30 de mayo de 2015

«El año del pensamiento mágico»

La vida cambia en un instante.
El instante normal.
Así  lo describe Joan Didion. De repente, lo que conocías como normal, desparece. Sólo encajan los recuerdos, estás en medio de miles de personas y no conoces a nadie y no sabes a dónde ir.  Cuando pasan los años, las personas siguen yéndose. Y seguimos siendo reemplazables, por supuesto. Vamos intercambiándonos, como los cromos. Y no pasa nada, está bien. Así está bien.

Tú acuérdate de mí. Porque algunos permanecemos.

Un día nos quisimos tanto que terminamos siendo dos en uno, una unión, una línea, el mismo camino. El mismo amor. Y nos querremos. 
Al final está él y lo conoce todo. Conoce cada miedo que me invade la mente y me gusta, me desmorono y lo sabe y sabe la causa y el efecto de la causa y sigue ahí. Aquí, aquí es donde más cerca se puede estar. Estamos siempre aquí. Como si hubiera más sitios, cómo si hubiera más mundos. Leí hace tiempo una noticia que decía que dos pequeñas galaxias habían colisionado en un punto del universo y que se habían transformado en una galaxia millones de veces más grande que la Vía Láctea. Entonces, pensé en ti. Pensé en tus muñecas finas y esqueléticas, con los huesos marcados y parecidas a las mías. Pensé en lo minúsculo que eres cuando estás vulnerable y desnudo y pensando en mí. Pensé en lo perdidas que están las personas y en el estallido que provocamos el día que las pieles se rozaron, dejando huellas en nosotros. El estallido de dos pequeñas galaxias, frágiles como las pequeñas partículas de las nebulosas. El estallido de las dos pequeñas galaxias que se transforman en algo más grande que la espiral en la que está la Tierra. Hace tiempo leí que todos éramos polvo de estrellas y no lo comprendí hasta que llegaste tú, hasta que te acercaste estando lejos. Porque somos polvo de estrellas. Somos la explosión en diferentes cuerpos. Tengo parte de tus estrellas en mi mano. Y me acerco a ti, ya sin estar lejos.
La vida cambia en un instante. El instante normal.